El reconocido narco, Pablo Escobar, tenía una casa-museo en Las Palmas, al oriente de Medellín, administrada por su hermano Roberto, alias “Osito”. La misma fue clausurada porque no estaba habilitada correctamente.
Las autoridades de Medellín, Colombia, clausuraron el museo dedicado al excapo narco ya que no estaba autorizado oficialmente para el turismo. Federico Gutiérrez, el alcalde de Medellín, tomó conocimiento del museo por los rumores del mismo, el cual estaba publicado en Internet y estaba clasificado como “certificado de excelencia”.
En el “Museo Pablo Escobar” contaban más de 150 historias de la época más oscura de Colombia, solo a visitantes extranjeros, a quienes atraían bajo el lema “Conozca los mejores lugares donde Pablo Escobar marcó la historia”. La entrada al museo costaba 30 dólares, incluía una visita guiada en español o inglés y por 4 dólares más podían visitar el edificio Mónaco y Jardines Montesacro, donde está enterrado Escobar.
El recorrido dentro empezaba con una pared de fotografías de la infancia del narco, su familia y amigos. Además, mostraban los escondites secretos que usó Escobar para la cocaína y los fajos de billetes, y que fueron recreados en la casa.
¿Los datos curiosos?
- Para todo el recorrido había un imitador de Pablo Escobar y miembros de su familia que para finalizar la visita tomaban un café con los turistas y respondían todas sus inquietudes. También podían llevarse “souvenires”.
- “Osito” le dijo a las autoridades que él no cobraba por entrar a su casa, sino que los turistas donaban dinero y todo lo recaudado era recogido por un sacerdote.