Marcelo Acuña, efectivo de la policía, fue asesinado cuando cuatro delincuentes fueron a robar una financiera ubicada en Vicente López. Durante el tiroteo, Acuña logró disparar al menos dos veces pero luego se le trabó su arma.
El hecho ocurrió en plena tarde, alrededor de las 15, en Avenida Maipú y San Martín. Tras asaltar la financiera que Acuña custodiaba de manera privada, empezó un tiroteo que terminó con la vida del policía. ¿Qué pasó? Luego de golpear al dueño del local y llevarse una gran cantidad de dinero, los asaltantes se toparon con Acuña.
Durante el tiroteo, los ladrones dispararon alrededor de 15 veces, y Acuña unas dos o tres, hasta que la pistola se le trabó. El arma 9 milímetros se habría “encasquillado”: la vaina percutida no es expulsada por la recámara y no le permite subir a la próxima bala, por lo que Acuña no pudo continuar defendiéndose.
El policía murió en el lugar, dos tiros le dieron en la pierna, y que terminó con su vida le atravesó el pecho desde el lado izquierdo y le afectó una de las arterias subclavias. Todos los impactos de las balas quedaron marcadas en las paradas de los colectivos, ya que la balacera ocurrió frente al Metrobus Norte.
Los ladrones escaparon a bordo del auto del efectivo pero lo abandonaron a unos 150 metros y siguieron la huida en una Renault Duster negra. Sin embargo, en el cruce de Sahores y Villa Grande, en la localidad de Florida, chocaron contra el costado de un patrullero y tres de los delincuentes fueron detenidos. Dos eran exagentes de la Policía Federal y otro tenía antecedentes por robo a mano armada.
Los expolicías son Ángel Fabián Martínez y Adrián Federico Romero, quien ya había sido detenido en 2011, acusado de robar cerca de $ 3 millones de una sucursal del Banco Galicia ubicada en Microcentro. El tercer detenido es Francisco Ariel Mansilla Guerrero, quien fue condenado en 2011 a cuatro años de cárcel, pero salió seis meses antes de cumplir su condena con “libertad asistida”.