Hoy estuvieron ante el Tribunal Simón Gighlione, el psiquiatra que elaboró el informe forense sobre la psiquis de la acusada antes de ser mandada a juicio, y Alicia Paday, la perito que realizó la evaluación psicológica solicitada por la defensa.
La sexta audiencia dejó la palabra de ambos especialistas sobre la personalidad de la joven acusada por el crimen de Fernando Pastorizzo. ¿Qué declaró cada uno?
Gighlione fue quien tuvo que realizar un informe sobre la salud mental de Nahir, encomendado por el Ministerio Público Fiscal. En el mismo constaba que Nahir Galarza tiene una “baja tolerancia a la frustración”, denota signos de “irritabilidad”, posee una “disregulación emocional” y tiene “control pobre sobre su propia expresión afectiva en distintas situaciones sociales”. Otra de las características que encontró Gighlione es que la imputada carece de estrés postraumático. Durante su declaración, el psiquiatra aseguró que Nahir no presentaba una personalidad esquizotípica, y aclaró que la analizó en tres “entrevistas semiestructuradas”.
Por su parte, la licenciada Alicia Paday, quien evaluó a la joven por pedido del defensor José Ostolaza, contó que le hizo cuatro pruebas para definir su personalidad, siendo dos las más efectivas: el test de Millon y “el hombre bajo la lluvia”. En base a eso, declaró: “Nahir Galarza dibujó un hombre bajo la lluvia utilizando un trazo suave, sobre el centro de la hoja, muy distinto a aquellos que realizan este test y cuentan con una conducta criminal. Demuestra una personalidad con falta de energías y que se ubica en un lugar susceptible a recibir violencia de otro”.
Además, según Paday, la personalidad de Nahir denota trastornos graves, con una conducta desganada, se muestra fría y distante, excéntrica, y explicó que las personas “tenemos un dispositivo que permite defendernos de la angustia” y que si la aflicción se prolonga en el tiempo “el caparazón es cada vez más duro”. Basándose en la relación con Fernando, analizó: “Existe un vínculo patológico y tiene todas las características de una víctima de violencia de género”. Finalmente, indicó que para ella, la acusada sufría “una violencia fuerte y sistemática” y que nunca manifestó lo que padecía porque ella “sentía la obligación de cuidarlo y protegerlo”.