Pascual Mollo murió de un balazo en un intento de entradera encabezado por tres delincuentes. La familia denunció a médicos del SAME por haber desestimado la gravedad del paciente.
La víctima fue sorprendida cuando despedía a unos amigos que habían asistido al cumpleaños de su hija, en Rivera Indarte al 500. Los delincuentes lo amenazaron para poder ingresar a la vivienda, pero Mollo intentó evitarlo y fue baleado.
Según la versión de la familia, mientras los ladrones huían, llamaron al SAME. Al llegar la ambulancia, el herido fue asistido por un médico que “lo atiende por una lastimadura en el codo”, sin notar que presentaba una herida de bala en el tórax.
El yerno, Diego Di Meglio, dijo que el personal de salud consideró innecesario que hubiese sido convocado por un “código rojo”, que es de máxima emergencia y se retiró del lugar, por lo que llamaron a una ambulancia de la prepaga del hombre, que lo trasladó hasta el Sanatorio Santa Isabel, a pocas cuadras del lugar, donde poco después murió.
El titular del SAME, Alberto Crescenti, se limitó a advertir que “si hay un hecho controversial el juez va a pedir datos”.