El dueño de un auto que había sido robado el 27 de mayo en la localidad bonaerense de Ramos Mejía y que había aparecido el miércoles abandonado en el barrio porteño de La Paternal, fue a buscar hoy el vehículo a la comisaría 41 de la Policía de la Ciudad y al abrir el baúl encontró un cadáver embalado que la policía no había detectado.
El hallazgo se produjo en el lugar menos pensado: en el playón judicial de la comisaría de la calle Alfredo Bufano al 1800, donde un hombre fue a recuperar su Peugeot 208 gris plata, que le habían robado el 27 de mayo en Ramos Mejía, partido de La Matanza, en manos de una banda de cuatro delincuentes.
El pedido de secuestro de ese auto empezó a emitirse el 29 de mayo y así fue que efectivos de la comisaría 41 encontraron a este auto abandonado en la calle Avalos al 200, a dos cuadras del cementerio de Chacarita.
Al abrir el baúl, el propietario del vehículo encontró un bulto embalado en una bolsa tipo marinera que contenía el cuerpo de un hombre de entre 35 y 40 años.
La víctima apareció en calzoncillos, tenía papel en la boca, la cabeza encintada, las manos atadas y presentaba un tatuaje de un dragón en un hombro y otro en una pantorrilla.
El cuerpo ya fue enviado a la morgue judicial de la Ciudad de Buenos Aires para la correspondiente autopsia.
