Además del caso de Wanda Taddei, el año 2010 estuvo marcado por estos casos policiales:
CAROLINA PÍPARO
Fue víctima de una brutal salidera bancaria en La Plata en julio de 2010. Carolina estaba embarazada de nueve meses, la balearon y su bebé murió a causa del trauma padecido tras el impacto de bala.
El 29 de julio de 2010, Carolina y su mamá fueron a una sucursal del Banco Santander Río en La Plata a retirar 10.000 dólares y 13.000 pesos. Dentro del banco “la marcaron” y fueron seguidas en moto mientras volvían a su casa. La mujer estaba embarazada de nueve meses y recibió una cesárea de urgencia, pero su bebé, Isidro, murió una semana más tarde.
En mayo de 2013, el Tribunal Oral Criminal Nº 2 de La Plata condenó a perpetua a Silva, Moreno y López, y también a Juan Manuel Calvimonte y Carlos Jordán Juárez, miembros de la misma banda que cometió la salidera.
ERICA SORIANO
El viernes 20 de agosto de 2010 por la tarde Erica visitó, acompañada de su pareja, Daniel Lagostena, a un obstetra en Palermo. Tenía 30 años y dos meses y medio de embarazo. La pareja volvió a su casa en Lanús y tuvo una discusión. En el camino Erica habló por teléfono con una amiga y ese es el último registro de ella con vida.
Según Lagostena, al día siguiente Erica se fue a lo de su madre, en Villa Adelina, para encontrarse con su hija. No se llevó dinero ni documentos y no se supo nada más de ella. Casi seis años después, Lagostena fue detenido: se sospechó que había asesinado y cremado a Erica aprovechando los contactos de su familia, que había tenido una funeraria.
En julio de 2018 Lagostena fue condenado a 22 años de cárcel por el homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género de Erica Soriano. Si bien el cuerpo nunca apareció, para los jueces quedó comprobado que Lagostena la asesinó y se deshizo del cadáver.
MATÍAS BERARDI
Tenía 16 años cuando el 28 de septiembre de 2010 fue secuestrado en Panamericana y Ruta 26, luego de bajar de la combi cuando volvía de un baile a su casa de la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz. Lo mantuvieron cautivo y lo asesinaron.
Mientras caminaba a su casa, lo secuestraron y lo llevaron a un galpón en Benavídez. Lo obligaron a llamar por teléfono a sus padres para que les dijera que lo tenían cautivo y que debían juntar dinero por su rescate.
En un descuido de quienes lo custodiaban, Matías logró escapar, llegó a la calle y pidió ayuda en un quiosco, pero las propietarias del negocio no le abrieron la puerta porque la mujer de uno de los secuestradores gritaba que era un ladrón que les había robado.
Matías logró correr casi una cuadra y media hasta que tres de los integrantes de la banda sacaron el auto, lo persiguieron y recapturaron. Lo llevaron hasta un basural en Campana y lo mataron.
En 2016, la Corte Suprema dejó firmes las condenas para tres de los diez condenados por el secuestro y crimen del adolescente.
Por Larisa Serrano