Ocurrió el 17 de septiembre de 2014, cuando Paola salió de su departamento con su hija Martina, de casi dos años.
Iba a recibir la primera cuota de la pensión alimentaria de Gonzalo Lizarralde, padre de la nena. Desde ese entonces, no se supo más nada de ellas.
El 21 de septiembre, cuatro días después de la desaparición, el cuerpo de Paola fue encontrado en una alcantarilla, junto a Martina, que se encontraba con vida tras haber pasado 80 horas aferrada al cuerpo de su madre.
Luego del hecho, se acusó a Lizarralde de haber apuñalado y asesinado a Paola, y de herir a su hija Martina.
Finalmente, en octubre de 2015, se lo condenó a prisión perpetua por “homicidio calificado por la relación de expareja de la víctima mediando violencia de género y alevosía” y “tentativa de homicidio calificado por el vínculo contra una niña mediando violencia de género y alevosía”.