Su nombre es Helen Reynold. Un delincuente entró a su casa y la asaltó, pero desistió de querer violarla por un comentario que ella misma le hizo.
Todo ocurrió el pasado 17 de febrero, cuando a las 3 pm fue asaltada en su casa por un hombre que la engañó al hacerse pasar por un trabajador del complejo en el que vive.
Estuvo en su propiedad durante tres interminables horas, buscando dinero y objetos de valor, mientras mantenía a Reynolds atada con cinta adhesiva, sin poder resistirse.
“¿Le harías esto a tu madre? ¿Te gustaría que alguien la molestara así a tu madre?”, lo interrogó la anciana.
Indignado y furioso por sólo haber encontrado 40 dólares, el joven delincuente se disponía a violarla pero ella le dijo: “Bueno, esto es así. Tú debes conocer la verdad. Tengo HIV y mi esposo murió por eso”.
Días después, al contar lo sucedido, Helen confesó que era una mentira: “Cuando dije eso se fue de la habitación. Ése fue el comentario que me salvó la vida”.