Según la autopsia, Felipe Romero, sufrió abuso sexual, previo a ser asesinado por su entrenador de baby fútbol, quien se suicidó. Los cuerpos habían sido encontrados en un descampado.
La jueza, Adriana Morosini, confirmó que el nene de diez años había sufrido abusos sexuales aunque no habrían sido recientes. Además, según la magistrada, el homicidio fue premeditado después de que la madre de Felipe, Alexandra Pérez, le pida alejarse de su hijo, aconsejada por la psicóloga del menor.
Fernando Sierra, de 32 años, había dicho: “Si no puedo ver más a Felipe, me mato”. Al parecer, tenía todo planeado, el entrenador fue a buscar al colegio al pequeño y se lo llevó “a un viaje de ida”, según dijo al diario uruguayo ‘El País’ uno de los oficiales que intervinieron en el caso.
El pedófilo había alquilado un auto, comprado tres blisters de somniferos y conseguido un arma calibre 22. El jueves, cuando retiró del establecimiento educativo, tiró por la ventana su celular para no ser rastreado cuando estaban camino a sotobosque, en Villa Serrana, donde concretó su macabro plan.